En septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal. La medida fue vista como una apuesta valiente para modernizar la economía del país y reducir los costes de las remesas. Sin embargo, casi tres años después, el Bitcoin aún no ha logrado convertirse en un medio de intercambio generalizado, tal y como se anticipaba. En esta ocasión, analizaremos las cinco razones clave que explican el fracaso de esta iniciativa.
Escasa adopción por parte de la población
Así es. A pesar del entusiasmo inicial del gobierno, solo el 10% de la población salvadoreña utiliza Bitcoin en sus transacciones diarias. La mayoría de los ciudadanos ha mantenido una postura de rechazo hacia la Ley Bitcoin. De hecho, más del 66% de la población ha solicitado a la asamblea nacional que derogue esta ley, temiendo que su implementación empeore la economía nacional.
Este amplio rechazo popular ha sido el principal obstáculo para la adopción del Bitcoin en el país. Su declive coincide precisamente con el auge de otros mercados. Por ejemplo, ¿sabías que El Salvador se ha convertido en uno de los países con un mercado de apuestas más importante en América Latina? Esto se debe al aumento en la oferta de casas de apuestas internacionales que operan en el país, las cuales puedes visitar en este artículo.
Falta de practicidad en transacciones diarias
Uno de los principales retos ha sido la percepción generalizada de que el uso del Bitcoin es poco práctico para las transacciones diarias. A diferencia del efectivo o las tarjetas de débito, que son aceptados por la mayoría de negocios, el Bitcoin requiere una infraestructura tecnológica y un conocimiento técnico que muchos ciudadanos no poseen. La volatilidad del Bitcoin también suma un riesgo adicional para quienes buscan cierta estabilidad en sus finanzas.
Incentivos financieros insuficientes
Para fomentar el uso del Bitcoin, el gobierno de El Salvador ofreció incentivos financieros, como un bono de 30 dólares para aquellos que descargaran la aplicación Chivo Wallet y comenzaran a usar la criptomoneda. El problema es que estos incentivos han resultado insuficientes para cambiar la percepción y el comportamiento de la mayoría de los ciudadanos.
La aplicación en cuestión ha experimentado multitud de problemas técnicos desde su salida, por lo que la falta de confianza por parte de los usuarios ha limitado su adopción.
Deterioro de las arcas públicas
Desde la adopción del Bitcoin, las arcas públicas de El Salvador se han deteriorado sobremanera. La implementación de la Ley Bitcoin ha supuesto un desembolso importante para el gobierno, que ha invertido en infraestructura, campañas de promoción y subsidios. Estos gastos, combinados con la volatilidad del Bitcoin, han exacerbado la situación fiscal del país. La falta de apoyo popular al proyecto también ha afectado la confianza en las políticas económicas del gobierno.
Temor a la saturación de los canales de comercio
Aunque uno de los beneficios potenciales del Bitcoin es la reducción de los costes de las remesas al eliminar intermediarios, existe un temor considerable de que el flujo de transacciones sature los canales de comercio. La infraestructura existente en El Salvador no está preparada para manejar un aumento masivo en el volumen de transacciones de Bitcoin, lo que ha acabado generando preocupación entre comerciantes y consumidores, quienes prefieren métodos de pago más tradicionales.